En el terreno amoroso y, al igual que los demás signos de Tierra, las personas con el Sol en Capricornio son sumamente prudentes y reservadas. Les resulta muy difícil manifestar sus sentimientos y por ello, a menudo demuestran su amor a un nivel material, expresando con regalos o ayudas todo aquello que les costaría expresar con palabras. En el fondo ansían el amor, desean amar y ser correspondidas ya que aunque no lo manifiesten, su necesidad de afecto es ilimitada. Es como si tuvieran mucha sed pero estuvieran en el desierto.
Estas personas, que nunca se toman los sentimientos a la ligera y los viven con el rigor más absoluto, no pueden comprender ni aceptar los comportamientos frívolos de aquéllos que juegan con los sentimientos. Muy exclusivistas y posesivas con su pareja, a menudo y para lograr así vencer su propia inseguridad afectiva y emocional, suelen exigir a ésta unas grandes muestras de afecto.
La fidelidad es para ellas algo primordial y no podrían soportar sentirse relegadas a un segundo término.
Las personas con el Sol en Capricornio son poco dadas a las aventuras y a los devaneos amorosos ya que, por una parte, suelen desdeñar todo lo que encierra alguna nota de frivolidad, y por otra les causaría una sensación de inseguridad difícil de soportar.
Su carácter taciturno y retraído, así como su aparente frialdad, les darán pocas satisfacciones en el terreno amoroso, predisponiéndoles a menudo a vivir durante largos períodos de tiempo en completa soledad.